Este 2022 esta siendo un año anómalo, aunque no es algo que no nos puede coger por sorpresa
Las olas de calor no destacan solo por su intensidad, si no también por su frecuencia y persistencia
Los veranos no son una excepción, y las precipitaciones durante los veranos son cada vez más escasa, con tormentas secas
Aprovechando este verano 2022 que se repiten y duran las olas de calor, hacemos este articulo. Recordando que aunque este 2022 está siendo anómalo, con persistencia de las olas de calor, con sucesivas entradas de polvo en suspensión, sequía importante en gran parte del país y temperaturas extremadamente altas en zonas del norte, que pocas veces se ven, es algo que se viene repitiendo con bastante constancia en los últimos años.
Verano 2015:
En el verano 2015, entre el 27 de junio y el 22 de julio, España sufrió la ola de calor más larga de la historia de España con 26 días de duración. Una ola de calor que dio menos frecuente al noroeste por la influencia del Atlántico.
Verano 2016:
Un año mas tarde, en el 2016, si otra ola de calor produjo temperaturas altísimas en comarcas atlánticas gallegas e interior de la misma comunidad, con una máxima de 44,2º en Leiro (la máxima absoluta de Galicia). En Pontevedra ciudad se registraron 40º, los primeros desde que se tienen registros en la ciudad.
Verano 2017:
En el verano 2017 otras dos olas de calor dejaron a España en una nueva situación de temperaturas extremas, con valores máximos históricos en Córdoba con 46,9º y la localidad cordobesa de Montoro con 47,3º en el mes de julio. aunque estos registros son del mes de julio, en junio y agosto tuvimos otras dos olas de calor, que dejaron en ciudades como en Ferrol, máximas de 35-37º respectivamente.
Estos son ejemplos, aunque si vemos 2018, 2019, 2020 y 2021 vemos mas de lo mismo, algo que si vemos 2003, 2005 y 2006 o en los años 90 en grandes veranos de calor, en los alrededores no tenemos precedentes, tan frecuentes e intensos. Otra cosa, son la persistencia y frecuencia de los 40º durante el verano, no solo en Córdoba y Sevilla, si no en gran parte del interior de España. En el caso de estás ciudades empieza a ser normal llegar y superar los 45º en varias ocasiones durante el verano.
En junio se ha nombrado la ola de calor más tempranera en 40 años, superando a la del 2017, pero poca ha faltado para nombrar la ola de calor por primera vez en un mes de mayo. Las temperaturas de los últimos mayos están superando las expectativas, con datos que superan +2⁰ la media de temperaturas en muchos puntos de España, y de manera muy consecutiva.
Pero no solo en primavera u otoño, también estamos empezando ver temperaturas en invierno de verano. En el norte de España hemos visto, valores de 24,4⁰ en el 1 de enero en el Aeropuerto de Bilbao o 23,1⁰ en A Coruña (entre 1-2⁰ por encima de récord anterior). De hecho en A Coruña se venía hablando del tercer diciembre más cálido de la serie histórica (desde el 1931 que se llevan recogiendo datos) solo por delante 2015 y 2018. En este caso las temperaturas fueron más de 5⁰ superiores a la media durante 20 días.
Por lo tanto, no solo estamos viendo temperaturas muy altas en verano (muy por encima de la media durante muchos días consecutivos), si no también en el resto de las estaciones, con un frío de invierno mucho más puntual, aunque cuando viene no es para nada flojo.
En cuanto a las precipitaciones no se observa tanta fuerza el cambio climático, pero si vemos periodos de sequía cada vez más largos y otros de inundaciones más importantes o con más frecuencia. Durante el verano la tormentas son preferentemente secas, y cada vez vemos más tormentas acompañadas de granizo gran tamaño y/o rachas de viento muy fuertes y huracanadas.
En definitiva, el planeta cada vez se calienta más, pero no lo notamos de un año para otro, si esto hay que verlo en un periodo de al menos, de 30 años. Aunque parece que los últimos años, esto parece ya notarse a 10-15 años, por el aceleramiento.
En unos días o semanas, haremos otro artículo hablando de este verano y del 2022, que seguramente le queda mucho que decir aún.
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